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CLAVES DEL RENDIMIENTO DE DEPORTISTAS DURANTE LA COVID.


Ya avisaron los expertos que a partir de octubre podría llegar una segunda ola de contagios y nada más lejos de la realidad, una vez que se ha intentado volver a la normalidad nos hemos dado cuenta de que la situación sanitaria se ha ido volviendo gradualmente más complicada incluso antes de lo que se predijo. Ante esta situación cabe preguntarse en primer lugar cómo afectará al deportista y en segundo

lugar cómo se debe responder para gestionarlo de la mejor manera posible.


Nos encontramos ante un escenario en el que se pueden dar situaciones que rompan con la dinámica competitiva a la que estamos acostumbrados tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Ya son varios los clubes o deportistas de élite que han visto interrumpidas sus competiciones debido al contagio de alguno/s de sus componentes. Cuando esto ocurre, en el mejor de los casos y sobre todo si es a nivel profesional, la competición se paraliza, se hace el respectivo confinamiento a quién corresponda, se vuelven a hacer test y cuando todo esté correcto se regresa a la competición. Sin duda nos encontramos ante una situación que a nivel psicológico puede generar principalmente miedo, estrés, ansiedad, bajo estado de ánimo y por consiguiente alterar el estado mental del deportista.

Si queremos trabajar con el deportista para evitar que el impacto de esta situación sanitaria disminuya la capacidad de rendimiento, el staff técnico deberá además de conocer qué puede ocurrir a nivel mental, estar preparados para actuar en la situaciones que se han planteado y que voy a explicar a continuación.

Con respecto al miedo, el primero y principal que puede existir es sin duda el de contagiarse y pasar la enfermedad, ya que como sabemos puede desarrollarse de forma asintomática pero igualmente puede afectar levemente y en algunos casos dar lugar a complicaciones serias. Otro de los miedos que puede aparecer se plantea ya a nivel competitivo, y es que la situación de incertidumbre con respecto a lo que pasará por un lado o de intermitencia en la competición (debido a los parones por contagios) puede dar lugar a que el nivel de rendimiento se vea afectado.

Ante el miedo al contagio, la indicación es clara y no es otra que tomar todas las medidas preventivas que podamos y seguir nuestro camino con todo el respeto que sea posible a la situación, siguiendo los consejos de los expertos, pero avanzando en nuestros objetivos hasta donde sea posible. El miedo paraliza nuestra mente y la situación actual no va a ser ni la primera ni la última que nos encontremos en nuestra vida que nos produzca el dilema de parar o seguir adelante. Nuestra mente, ante una situación como la actual, si se vuelve presa del miedo, va a generar pensamientos que dificulten conseguir las metas que a pesar de la situación que vivimos, sí que están a nuestro alcance, por eso es importante la prevención pero tener nuestras objetivos claros y seguir avanzando.

Con respecto a los pensamientos negativos que se generen por la incertidumbre de lo que pasará en un futuro próximo o la intermitencia de la competición, es importante que para que esos pensamientos pierdan el valor que le podemos dar, nos centremos en el presente, en el aquí y ahora y en focalizar la mente en lo que podamos controlar. ¿Acaso hay algo más valioso que el presente? ¿Sabemos lo que nos depara el futuro? Solo tenemos el presente y es desde él y para él desde donde podemos actuar, esta es la idea que debemos tener clara y la que nos permitirá continuar cumpliendo objetivos, sean de mayor o menor rango.

El estrés puede aparecer porque lleguemos a pensar y sentir que nuestra capacidad de actuación está por debajo de nuestras expectativas. La clave aquí va a estar en qué tipo de expectativas vamos a proponernos tanto individualmente como a nivel grupal. Los desafíos, para que sean correctos, han de ser realistas y alcanzables. Analicemos cuál es la realidad de cada deportista, de cada equipo y hasta dónde se puede llegar. Si por algún motivo cambian las circunstancias, se deberán volver a valorar las expectativas y modificar los objetivos que sean necesarios. Sabemos que esto puede ocurrir y debemos estar preparados mentalmente por si sucede, aprender y crecer de este proceso, verlo como algo que puede suceder y así evitar frustraciones.

El bajo estado de ánimo puede aparecer y estará relacionado con la tristeza y preocupaciones que nos produzcan las diferentes situaciones que se puedan dar pero que debemos aprender a gestionar. Se pueden producir situaciones como por ejemplo el no poder competir y/o entrenar, estar confinado, no poder ver a tu familia, amigos, perder un futuro contrato, ver reducidos tus ingresos, etc.. El estado de ánimo y la ansiedad en este sentido van a estar unidos, es decir, mientras mayores sean los pensamientos que nos preocupen y éstos aumenten nuestro nivel de ansiedad, más se va a ver influenciado en el bajo estado de ánimo. Debemos saber en este sentido que la ansiedad es la que nos permite activar nuestro cuerpo para responder ante las amenazas, el problema existe cuando la amenaza no es real o no sabemos si se puede llegar a producir. Dicho esto por tanto, va a ser muy importante que el enfoque que se transmita al deportista se base en la aceptación, es decir, el saber que podría haber situaciones que irremediablemente no podamos modificar y debamos aceptar (no es lo mismo que resignarse), pero que no por ello nuestra vida personal y deportiva deje de ser valiosa y productiva. Se puede sobrellevar esta situación y mantener la motivación intrínseca necesaria si la respuesta mental es la correcta, es decir, si adaptamos nuestros objetivos a nuestro presente, los centramos en el corto plazo, en el rendimiento (no en el resultado) y sobre todo en lo que las circunstancias nos permitan desarrollar. La psicología dispone de herramientas que te permiten hacerlo, siempre se puede seguir avanzando, no hay excusas.

No puedo ni debo finalizar el artículo diciendo que la psicología deportiva, que estudia, evalúa e interviene sobre el comportamiento del deportista para que pueda alcanzar su rendimiento óptimo, tiene un valor fundamental en la situación sanitaria que estamos viviendo a nivel mundial. El asesoramiento al staff técnico, el trabajo a nivel grupal y la intervención a nivel individual en el deporte requieren en este momento que los/as profesionales de la psicología desarrollen en el deporte todos sus conocimientos terapéuticos, utilicen todas las herramientas psicológicas que sean necesarias y favorezcan que los/as deportistas y entrenadores/as sean capaces gestionar personas y equipos preparados para rendir a su mejor nivel.




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