"Cuando te derriben, pelea un round más. Recuerda que aquél que pelea un round más nunca es vencido" James J. Corbett. Boxeador Pesos Pesados.
Cuando hablamos de perseverancia en el deporte, como es natural podemos referirnos a ella tanto a corto, medio como a largo plazo. Si jugamos un partido de tenis ser perseverantes sería mantener nuestra concentración en cada saque, en cada resto. Si corremos una carrera de motos, en cada curva o adelantamiento o en los 200m mariposa en cada brazada. Si queremos ganar cada domingo debemos ser perseverantes en cada entrenamiento de preparación para el partido y si queremos ganar una liga o en unas olimpiadas debemos ser perseverantes durante todo el año. Es algo lógico pero que sólo se consigue con mucho esfuerzo.
En bastantes ocasiones, podemos notar que el fracaso, ya sea personal o profesional, está cerca, pensamos en rendirnos, en abandonar, introducimos en nuestra mente la frase "no es posible", "no lo vamos a lograr", "no puedo" o " esto es demasiado para mí". Personalmente opino que introducir un "no" en cualquier frase que pensemos es como ponernos la zancadilla a nosotros mismos, es algo que si queremos podemos hacerlo pero que a la vez queda tan antinatural y ridículo que roza la estupidez, además por supuesto de no ayudarnos a nada. El "no puedo" en el deporte debería tener categoría de "antinatural".
Los pensamientos que nos ayudan a mantener esa perseverancia en su gran mayoría están asociados a lo que yo llamo la doble D: Disciplina y Deseo. Todos sabemos que sin disciplina en esta vida pocos serán los logros, ya sean mínimos o de gran nivel. Decirnos a nosotros mismos, "voy a entrenar con todas mis ganas", "voy a dar todo lo que tengo dentro" o simplemente "necesito cuidar mi alimentación para rendir al máximo" sí que nos ayuda y predispone a ser perseverantes para lograr nuestro objetivo.
Por otro lado, para mantener esa perseverancia alimentada, y que así nuestra ambición quede intacta, hay que desearlo, pero no de cualquiera manera, debemos deseralo con todas nuestras fuerzas, debemos vernos en ese final, levantando esa copa, celebrándolo con los compañeros, entrenadores, bebiendo el champán de la victoria, saludando a nuestros familiares, a la afición o incluso por qué no, vernos al dia siguiente en el periódico. Este tipo de motivaciones son las que nos hacen desearlo con todas nuestra fuerzas, es así.
¿Cómo puede trabajar un psicólogo la perseverancia de un deportista o un equipo?
Pues bien, como he dicho antes, si la doble D es el pilar que sostiene esa perseverancia, la doble D para mí es la clave. El psicólogo tiene como profesional el deber primero de potenciar los beneficios de ser disciplinado, ¿Cómo hacemos esto? Primero llegando a un acuerdo con el deportista de cuales son las conductas disciplinarias que ha de tener para conseguir su meta, eso debe quedar por escrito, ser realista, supervisarse y comentarlo temporalmente para ver si se mantiene o si hay algo que mejorar.
Luego queda el trabajo no sólo del psicólogo sino también de los profesionales que rodean al deportista. La función principal sería recordarle lo bien que lo están haciendo, reforzarle cada pequeño logro, cada día, que sienta que estás ahí con él, en su esfuerzo y en su sufrimiento, que note que crees en su trabajo, en ese que le hará conseguir su objetivo. Aquí el psicólogo tendría dos funciones principales, una asesorar a los profesionales que rodean al deportista para que los refuerzos sean los adecuados, centrándose en el acierto o en cómo mejorar, y por supuesto sin usar frases que puedan malentenderse o introduzcan negatividad. No es lo mismo que un entrenador le diga a su tenista "tienes que mejorar este golpe porque colocas mal el cuerpo" puesto que se centra en el error de colocación y no da una solución concreta, algo que "quema al jugador", sino enfocar la frase al " lo estás haciendo bien, ¡esa es la actitud!, y cuando recibas la pelota la mejor posición que puedes tener es....". Como véis lo ideal es siempre empezar con refuerzo y después dar la correción, en positivo, siempre.
La otra función que queda correspondiente a la disciplina es trabajarla a nivel grupal. Se pueden dar charlas que refuercen los logros conseguidos, son útiles los recortes de prensa, imágenes o videos en las que aparezcan esos logros, esta es la manera de asociar el trabajo con el éxito, y eso le hará al deportista "querer seguir" con la misma ambición y ganas, y con la misma disciplina al fin y al cabo.
Por último hago mención a la otra "D", de Deseo, ese que te hace que cuando quieres algo, aunque te caigas en el camino, te levantes, las veces que hagan falta, y sigas, con voluntad, con todo el corazón, sabiendo que tarde o temprano lo conseguirás. El deseo es algo que también se puede alimentar como dije antes visualizándote en ese podium, cruzando la meta, colando la bola o celebrando la victoria soñada. Personalmente trabajo y asesoro a los deportistas para que ellos sean quienes eligan esas canciones, películas, videos o frases que les hagan mantener ese deseo.
Para el grupo suelo utilizar tarjetas recordatorias con frases centradas en ese deseo de lograr la meta y las relaciono normalmente con el orgullo de ser quien es, su amor por ese deporte y qué o a quién representa. Lo ideal es que el jugador esté cargado de emociones positivas, que siempre tenga algún argumento, sea en forma de frase, pelicula, canción, foto, etc. que le haga seguir siendo positivo en su meta, que sienta que puede, que está cerca y que es el momento de seguir hasta el final.
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